¿Sientes que todo está al borde del colapso y, por más que te esfuerzas, no logras que las cosas avancen? Déjame decirte algo: en tiempos de crisis, el liderazgo se trata de guiar, de conectar y, sobre todo, de mantener el rumbo cuando todo parece estar en llamas.
Aquí no hay fórmulas mágicas, pero sí hay preguntas que puedes hacerte y acciones que puedes tomar para dejar de ahogarte en el caos y empezar a liderar de verdad.
Claves para mantener el rumbo cuando la crisis parece ser la única constante
Cuando todo parece estar patas arriba, es fácil perder el norte. ¿Cómo mantener el rumbo cuando la crisis se convierte en tu compañero de trabajo diario? Aquí tienes algunas claves:
1. El miedo puede entrar a la sala, pero no lo dejes sentarse en tu silla
En una crisis, el miedo es inevitable. Lo importante no es si llega o no, sino cómo lo manejas. Si tú, como líder, dejas que el miedo tome el control, tu equipo lo notará. Y si tú no tienes calma, ¿cómo esperas que ellos la tengan?
El miedo puede ser útil si lo usas como una señal de alerta, pero nunca como un motor para tomar decisiones. En lugar de actuar desde el pánico, respira, analiza los hechos y toma decisiones claras y basadas en datos. Recuerda: tu equipo no necesita un capitán que se hunda con ellos; necesita alguien que los guíe hacia aguas más tranquilas.
2. No intentes apagar todos los incendios a la vez
Cuando todo parece estar ardiendo, es tentador correr de un lado a otro intentando salvar todo. Pero aquí está la verdad: si intentas apagar todos los incendios a la vez, lo más probable es que no logres apagar ninguno. Y en el proceso, te agotarás y agotarás a tu equipo.
En lugar de eso, pregúntate: ¿qué es lo que no puede fallar hoy para que sigamos aquí mañana? Identifica las prioridades: clientes clave, flujo de caja, el bienestar de tu equipo. Concéntrate en lo esencial y deja lo demás para después.
3. Escucha más, habla menos
En una crisis, tu mejor herramienta no es el discurso motivador; es tu capacidad de escuchar. Tu equipo sabe dónde están los cuellos de botella, tus clientes saben qué esperan y los números no mienten. Si no estás escuchando, estás liderando a ciegas.
Pregúntale a tu equipo qué necesitan, qué obstáculos están enfrentando y cómo puedes apoyarlos. Escucha a tus clientes para entender cómo puedes seguir aportándoles valor. Y escucha los datos, porque ellos te dirán la verdad, aunque no sea la que quieres oír. Un líder que escucha es un líder que toma decisiones informadas, no suposiciones.
4. Asegúrate de que tu equipo sabe nadar
De nada sirve que tú sepas exactamente qué hacer si tu equipo no tiene las herramientas, las habilidades o la claridad para ejecutar. Antes de pedirles algo, pregúntate: ¿esto es viable? ¿Tienen lo que necesitan para hacerlo? ¿Saben cómo hacerlo?
A veces, lo que parece obvio para ti no lo es para ellos. Y eso no es culpa de ellos; es tu responsabilidad como líder asegurarte de que todos estén en la misma página. Si no lo haces, estarás pidiéndoles que naden sin enseñarles cómo.
El liderazgo no es sobre control, es sobre claridad
En tiempos de incertidumbre, lo que más necesita tu equipo es un líder que les dé claridad. Claridad sobre qué es lo importante, claridad sobre cómo hacerlo y claridad sobre por qué vale la pena hacerlo.
Recuerda: la crisis no es eterna. Los incendios, por grandes que sean, eventualmente se apagan. Y cuando eso pase, tu equipo recordará si los guiaste con calma y firmeza, o si los dejaste solos en medio del fuego.
Así que respira, enfócate en lo esencial y lidera con empatía. Porque al final del día, un líder no es alguien que tiene todas las respuestas, sino alguien que sabe cómo encontrar las respuestas junto a su equipo.
¿Te quedaste con ganas de más? Esto es solo la punta del iceberg. Si de verdad quieres llevar tu liderazgo al siguiente nivel, échale un ojo a calogarcia.co y escucha mi podcast. Aquí no hay teoría aburrida, solo herramientas reales para líderes que quieren resultados reales. ¡Nos vemos ahí!